Las choperas son bosques cultivados cuyo principal objetivo es la producción de madera con las características tecnológicas que la industria transformadora demanda.
La plantación de choperas es una actividad con larga tradición en Castilla y León, de tal forma que en muchas de las localidades ribereñas no se podría entender su paisaje social y cultural sin las mismas.
El cultivo del chopo ha sido una actividad agroforestal complementaria para obtener unos rendimientos a medio-largo plazo en aquellos terrenos en los que no se podían realizar cultivos agrícolas de forma rentable, bien por la mala calidad agronómica del suelo o por ser parcialmente inundados por el río en las grandes avenidas.
El ciclo completo del cultivo, aprovechamiento y transformación de la madera producida genera notables beneficios económicos y sociales. Se estima que cada hectárea de chopos plantada da lugar a una media de 5 jornales anuales en trabajos forestales. Y para transformar esta madera en productos que pueda utilizar el consumidor se utilizan al menos 110 jornales más.
Además, por cada tres hectáreas de chopo se genera un puesto de trabajo fijo en la industria transformadora. A esto hay que añadir que las empresas del sector de la madera suelen estar situadas en núcleos rurales con el fin de estar lo más cerca posible de su fuente de materia prima. Por lo tanto, los jornales o puestos de trabajo creados por el ciclo del cultivo, aprovechamiento y transformación de la madera de chopo contribuyen a mantener activa a la población y a fijarla en el medio rural.
Desde una perspectiva tanto social como medioambiental, lo correcto sería plantar más árboles y consumir más madera, de esa forma, podremos contribuir de forma notable a mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero y lucharemos de forma activa contra el cambio climático y la creciente contaminación atmosférica.
