El desarrollo sostenible de los bosques es imprescindible para mantener un equilibrio entre su explotación comercial y la conservación de la biodiversidad. Es posible hacerlo y está en manos de todos, tanto empresas como ciudadanos.
Seguro que cuando eras pequeño, en la escuela te llevaron alguna vez de excursión a plantar un árbol. Es una costumbre extendida en fechas señaladas, como el Día del Árbol, y sirve para concienciarnos desde pequeños en la importancia de cuidar nuestros bosques y hacerlos crecer. Dijo el poeta cubano José Martí que “hay tres cosas que cada persona debería hacer durante su vida: plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro”. Aunque, obviamente, ninguna de las tres es una obligación, esta frase que se ha hecho tan famosa refleja la importancia que le damos a la naturaleza.
El desarrollo sostenible de bosques es una tarea imprescindible y que debe preocuparnos a todos. A las empresas, las instituciones públicas y los ciudadanos de a pie. Cuando hablamos de qué es un bosque sostenible nos referimos a aquellos que están gestionados de manera responsable, para que su productividad no esté reñida con su capacidad para regenerarse, sobrevivir en el tiempo y mantener una biodiversidad en constante evolución, y donde las especies no estén en peligro. La gestión sostenible es el presente y el futuro de los bosques, una forma de cuidar estos espacios naturales tan vitales para el equilibrio del planeta.
Bosques gestionados de manera sostenible: ¿cómo hacerlo?
A la hora de plantearse la gestión sostenible de bosques, hay una palabra que debemos apuntar y subrayar en la libreta. Se trata de silvicultura. La silvicultura es, precisamente, el cultivo de los bosques y montes mediante técnicas para extraer una producción continua sin dañar el ecosistema.
La quema controlada ayuda a liberar nutrientes en el suelo, deshacerse de matorrales que crecen bajo los árboles y con ello evitar posibles plagas, y también se usa en silvicultura. No obstante, hay que ser muy delicado con ello, planificar de antemano los posibles riesgos y elaborar un protocolo claro. Si la quema se descontrola puede acabar en incendio y eso es algo a evitar por todos los medios.
El método de uso de árboles semilleros para la reproducción natural de bosques es una técnica también muy popular. Es algo tan sencillo como elegir árboles que producen semillas y propagan su especie por sí mismas. Suelen tener un tronco muy recto y una copa con ramas circulares donde producen dichas semillas. Los árboles semilleros se dejan en pie hasta que caen por sí solos y mueren tras terminar su producción. Así es como fomentamos la regeneración del tejido del bosque y el nacimiento de nuevos árboles a su alrededor que, a la vez, seguirán produciendo semillas en un círculo virtuoso.
También está en nuestras manos: hábitos para el desarrollo sostenible de bosques
Hablamos de explotación sostenible de las zonas verdes y es evidente que la responsabilidad principal recae en instituciones y compañías que se encargan de gestionar dichos espacios. Pero si hablamos de cuidar los bosques y procurar su sostenibilidad, es algo en lo que todos podemos implicarnos.
Además de participar en iniciativas de reforestación, si visitamos un espacio natural debemos ser conscientes de no dejar residuos de ningún tipo, procurar no arrancar plantas ni flores y transitar por los caminos marcados para ello (también por nuestra propia seguridad). Incorporar el reciclaje a nuestros hábitos cotidianos, realizar barbacoas solo en lugares permitidos o no lanzar colillas en los bosques son acciones mínimas para no dañar nuestro entorno.
Los bosques cumplen funciones imprescindibles a nivel ambiental y no podemos prescindir de ellos. Por eso, la acción humana debe estar encaminada a garantizar su subsistencia, y a adquirir materias primas de los bosques sin por ello perjudicar al resto de especies. En Garnica lo tenemos claro, y por eso la sostenibilidad y el cultivo de especies locales en plantaciones de proximidad es uno de nuestros valores.