España tiene unas condiciones óptimas para la plantación de chopos en muchas zonas del territorio. Las choperas necesitan para desarrollarse mucha luz, agua y terrenos en los que la lluvia caiga a menudo. Allí donde se dan estos tres factores, el chopo crece con una sanidad extraordinaria.
Las enfermedades y plagas son cuestiones que preocupan mucho en el mundo de la populicultura. En Castilla y León, afortunadamente, el clima seco en verano y las fuertes heladas invernales impiden el desarrollo de estas posibles alteraciones.
El cultivo de chopo ha experimentado un gran cambio en los últimos años. Con el fin de optimizar su aprovechamiento en el desenrollo y en la fabricación de tablero contrachapado, se han ido introduciendo clones más productivos o técnicas de cultivo más adaptadas a la consecución de madera con unos parámetros de calidad muy específicos.
La realidad actual es que estos mercados han experimentado un notable auge en los últimos diez años y sus perspectivas de crecimiento están muy por encima de la disponibilidad de materia prima. Por eso, la madera de chopo es una de las que tiene un futuro más prometedor.
Además, su rápido crecimiento -el mayor de todas las especies europeas- y sus características técnicas, tan adecuadas para la fabricación de tableros contrachapados de alta gama, hacen de esta especie la única capaz de aportar importantes volúmenes de madera en un corto espacio de tiempo. No olvidemos que los turnos de aprovechamiento de un chopo están entre 12 y 15 años y que, por los precios que alcanza la madera, su cultivo ofrece interesantes rentabilidades para sus productores.
Por tanto, es necesario el aumento de la superficie cultivada de chopo para abastecer a una industria totalmente asentada en nuestra comunidad, como es el caso de Garnica, y con una demanda de mercado creciente, que podría verse alterada ante la falta de materia prima.
En este vídeo, extraído del programa "Surcos" de RTVCyL, se explica muy bien el prometedor futuro del chopo.