Gestión sostenible de los bosques: una apuesta necesaria
Leer el artículo destacadoEl uso sostenible de los bosques es la mejor solución para hacer frente a los desafíos de la gestión forestal. El objetivo es combinar la extracción de madera con el cuidado de la diversidad ambiental de la naturaleza.
Los bosques forman parte de nuestro paisaje y, aunque no seamos conscientes, cumplen una función imprescindible a nivel ambiental que nos permite vivir mejor en nuestro planeta. Además, ocupan un tercio de la superficie terrestre, así que no podemos ignorar su importancia.
Los bosques regulan el ciclo del agua, ya que retienen el agua de lluvia y ayudan a su infiltración en el suelo, llenando los acuíferos. Los bosques también producen oxígeno: son “pulmones” para la Tierra, ya que captan dióxido de carbono (CO2) y expulsan oxígeno. También son el hogar una gran cantidad de especies animales y vegetales; imprescindibles para conservar la biodiversidad. Además, millones de personas dependen de los bosques para sobrevivir, especialmente en poblaciones a las que los bosques proporcionan alimentos y abrigo.
La acción humana puede intervenir en los bosques de muchas maneras, buenas o malas. Para garantizar que la intervención sea positiva surgió lo que llamamos gestión forestal, que no es ni más ni menos que la planificación y ejecución de prácticas para administrar y usar los bosques y cualquier tipo de terreno arbolado. Hay un matiz importante que añadir a la gestión forestal si quieres que sea útil a día de hoy: esa palabra es “sostenible”.
Uso sostenible de los bosques: la clave para cuidarlos
La gestión sostenible de los bosques plantea esa planificación y ejecución de acciones desde un prisma alineado con los objetivos de desarrollo sostenible. Esto significa cumplir con metas ambientales, económicas, sociales y culturales específicas. La explotación sostenible del bosque apela a todos los agentes que intervienen en el territorio: administraciones públicas, empresas y también los ciudadanos que, con sus prácticas diarias, pueden contribuir a preservar sus terrenos más cercanos.
La gestión forestal sostenible se basa en métodos científicos y en la aplicación de métodos de ordenación forestal orientados a maximizar los beneficios socioeconómicos de las superficies forestales, proveer de productos y servicios ecosistémicos y garantizar la regeneración y pervivencia en el tiempo de las masas forestales.
No hay una receta única que podamos aplicar a todos los bosques sin matiz. Depende de sus condiciones, ubicación y funciones. Y es que cada bosque cumple una función distinta: unos están centrados en conservar biodiversidad, en proteger los suelos y el agua o servir de hábitat para poblaciones; y otros en la producción de materiales sostenibles. En relación a esto, cabe destacar el gran valor de los productos forestales como sustitutivos de otros productos con una mayor huella.
Hay que identificar cuál es el propósito o propósitos de cada bosque y, en base a ello, equilibrar la balanza de las intervenciones que vamos a realizar en él sin afectar negativamente a su salud ni destruirlo a corto o largo plazo. La gestión forestal sostenible pone freno a la sobreexplotación y nos ayuda a tomar conciencia de los muchos beneficios que tienen los bosques para la sociedad.
La importancia de realizar acciones de explotación sostenible en ecosistemas de bosques radica en la preservación. Nuestro planeta necesita los bosques para vivir; y si nuestro planeta los necesita, nosotros también. Cumplen una función reguladora muy necesaria. Cada empresa que trabaja con madera de bosques sostenibles tiene presente esta idea, y Garnica es un buen ejemplo.
La gestión forestal sostenible en Garnica
La sostenibilidad es un pilar fundamental en Garnica, y lo demuestra con acciones concretas. En primer lugar, Garnica está liderando una transición hacia materias primas sostenibles y de proximidad frente a la importación de maderas tropicales. Las especies de madera que se usan en Garnica, fundamentalmente chopo, pino y eucalipto, provienen de plantaciones gestionadas en España, Francia y Portugal. Especies locales de plantación con los más altos estándares de calidad.
En este sentido, el chopo es una de las especies más sostenibles del planeta y lleva a cabo una función significativa de protección medioambiental. A lo largo de sus 15 años de vida, captura una media de 300 toneladas de CO2 por hectárea, devolviendo a la atmósfera grandes cantidades de C02. Las choperas se cultivan tradicionalmente junto a las riveras de los ríos actuando como filtros verdes. A su vez, sus productos derivados, como el contrachapado, son un inmenso sumidero de CO2 con un largo ciclo de vida.
Los centros de trabajo de Garnica se ubican en entornos rurales y generan empleos estables que permiten a su población disponer de mejores infraestructuras y un abanico de servicios más amplio. El apoyo y fomento de los entornos rurales es importante, pues en ellos se encuentran la mayoría de los bosques.
En Garnica se aplica también una cultura de economía circular y reducción del desperdicio, aprovechando al máximo los recursos y dando salida a todos los productos y subproductos en otras industrias.
No olvidemos que solo contamos con un planeta, y no hay plan B. Es misión de todos cuidar nuestras zonas verdes, nuestra flora, fauna y bosques para poder vivir en armonía con nuestro entorno. ¡Manos a la obra!