Las heladas de finales de abril han dejado daños en el cultivo del chopo, un producto muy demandado y rentable para los agricultores e inversores. Las inclemencias han causado daños en algunas de las plantaciones de Castilla y León, la zona de España con mayor superficie cultivada de esta especie. Invertir en podas de formación para paliar los efectos de las heladas será el principal recurso para evitar que el crecimiento del árbol se vea excesivamente afectado.
Las altas temperaturas y la falta de lluvia, unidas a las mencionadas heladas, han contribuido a causar daños importantes. El mayor deterioro lo han sufrido los chopos plantados en la mitad norte de la provincia de León, plantaciones situadas por encima de los 850 metros y con una edad no superior a los tres años.
“Con estas heladas se ha producido un retraso en el crecimiento de este año, lo que traerá como consecuencia que aumente la demanda de planta para reponer estos daños; pero esperamos que el mercado pueda dar respuesta a este previsible desequilibrio”, comenta Carlos Álvarez, técnico en Garnica.
La pérdida de crecimiento del árbol y el volver a poner en producción la superficie de unas 500 hectáreas tendrá un coste económico, pero afortunadamente estamos hablando de un árbol cuyo cultivo es muy rentable a largo plazo y cuyo producto es muy demandado fuera de nuestras fronteras. Garnica, por ejemplo, exporta el 93% de su producción.
¿Qué soluciones hay para intentar paliar los efectos adversos de estas heladas? Según Carlos Álvarez es necesario invertir en técnicas de podas de formación para dar forma a los árboles que han perdido todas sus ramas y guías debido a las inclemencias climatológicas, de forma que el desarrollo del árbol se vea afectado lo menos posible.