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Una gestión activa, la clave para evitar los incendios

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Durante los últimos 10 años el Ministerio de Agricultura Pesca y Alimentación ha registrado en España una media anual de 23 Grandes Incendios Forestales (GIF). Se consideran así los que afectan a una superficie de más de 500 hectáreas. Precisamente el pasado año 2018 fue uno de los más benignos, ya que solo se contabilizaron 3 GIF con una superficie quemada de 23.683 hectáreas. Sin embargo, el año anterior fue devastador: 55 GIF, con 172.000 hectáreas afectadas. En lo que llevamos de 2019 se han registrado dos GIF con una superficie forestal quemada de 48.460 hectáreas, lo que representa el tercer peor año del decenio.

Desgraciadamente, las estadísticas indican que las causas de más del 90% de estos incendios fueron fallos humanos incluyendo descuidos y otras causas intencionadas. Según la ONG WFF, la gestión de la lucha contra incendios deja mucho que desear en nuestro país. Del presupuesto para combatirlos, un 63% se dedica a la extinción, un 13% a la restauración y solo un 24% a la prevención. Según esta organización, muchos montes españoles son auténticas bombas de relojería forestales listas para arder con una sola chispa. Según WFF, “los grandes incendios que han asolado nuestro territorio no se apagan con agua, sino con una buena gestión y una adecuada planificación forestal y territorial”.

El problema del abandono rural y de todos aquellos modos de vida que tenían al monte como una de las principales fuentes de recursos para la vida diaria, leña o pastoreo subyace entre las causas que contribuyen a esta lacra.

Los factores meteorológicos extremos son causas cada vez menos frecuentes, aun así el cambio climático, que nos deja periodos de sequía extrema y episodios de elevadas temperaturas, propicia un coctel explosivo perfecto para que se desaten este tipo de desastres.

De sobra es sabido que los montes gestionados son los menos sensibles a las llamas, por esto se recomienda que, entre las medidas a tener en cuenta por las administraciones para disminuir los incendios, se propicie el aumento de superficies arboladas y gestionadas. A su vez se fomenta el aprovechamiento forestal sostenible tanto de maderas como de cualquier recurso respetuoso como el medio ambiente.

Además, la gestión activa es la mejor herramienta de prevención. El fomento de nuevas plantaciones, la extracción de los árboles cuando están en su estado de crecimiento adecuado, crear un mosaico de especies y edades que propicie la pérdida de continuidad de combustible susceptible de arder en caso de incendio, todo esto además favoreciendo la riqueza paisajística y biodiversidad.

La administración es responsable del desarrollo y fomento de modelos selvícolas sostenibles, que traten de emular el comportamiento de la naturaleza, que favorezcan la diversidad genética y el equilibrio de nuestros bosques, además de conseguir la implicación de propietarios, industria, ecologistas y todos y cuantos de un modo u otro participamos con respeto del disfrute de los recursos naturales. Además, deben aumentar los recursos destinados a la gestión activa y la prevención especialmente en las zonas de alto riesgo de incendios (Zonas ZAR), tal y como señala la Ley de Montes.

Como ejemplo y con el fin de detectar estas posibles zonas de riesgo de incendio se está utilizando en La Rioja la tecnología LIDAR, que mediante mediciones aéreas con láser realiza un escaneo del monte que equivaldría a una “radiografía” del mismo. La tecnología LIDAR proporciona una información muy valiosa para conocer la densidad de los bosques, la altura de los árboles, la vegetación que los rodea. En este proyecto, liderado por la Dirección Gral. de Medio Natural del Gobierno de La Rioja, participa el Colegio de Ingenieros de Montes y empresas como Garnica interesadas en promover una gestión forestal más sostenible.

La concienciación de todos los actores es indispensable. El reto es sensibilizar sobre todo a administraciones, a las autoridades y a toda la población para que perciban el riesgo y asuman su responsabilidad para prevenir y mitigar los incendios.

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